lunes, 30 de junio de 2025

El viaje continúa

 

Hacía tiempo que no realizaba una exposición en un espacio físico y la verdad es que se agradece. Por un lado, regresa algo que, con las exposiciones o muestras virtuales, no está presente, y es esa preparación previa a montar la exposición en sala. Son esos momentos en los que tienes que decidir qué marcos usar o qué color emplear para la moldura; es ese tiempo de hacer una selección de lo que se va a enmarcar y mostrar, es elegir un nombre adecuado para la muestra, diseñar el cartel y seleccionar una fuente adecuada. En definitiva, es realizar un trabajo previo para que la exposición funcione.

Si hay algo que los tiempos actuales nos permiten, es el poder deleitarnos una y otra vez con una exposición pasada y, si además sumamos a esto un número muy superior de obras, la tecnología se convierte en una gran aliada. Es evidente que no es lo mismo, pues el poder disfrutar de una obra físicamente no tiene comparación alguna con el modo virtual. No obstante, esta nueva forma te permite mostrar mucho más, no solo más paisajes, en este caso más de quinientos, sino más información sobre los mismos y sobre el propio autor.

En este blog, además de ver lo que ha estado expuesto, podéis seguir caminando a través de más de quinientos lugares y acompañados de miles de trazos de color.

En cuanto a la exposición pasada, «Caminando entre lapiceros, una parada en el Palacio de los Verdugo», me quedo con la grata experiencia de volver a sentir esa sensación de exponer por primera vez (mi primera exposición, allá por 1988, fue en el vecino Palacio de Bracamonte). Me quedo con un lugar que me trae muy buenos recuerdos en un espacio estupendo y, por supuesto, me quedo con el trato fantástico que he recibido desde el primer momento, por parte de Mª Teresa Jiménez Berrón, técnico responsable del Departamento de Turismo del Ayuntamiento de Ávila, pues en los tiempos que corren, es muy de agradecer.

La próxima parada será en noviembre y será esta vez escultura, exposición de la que os mantendré puntualmente informados.

Gracias de nuevo a Teresa y a las personas que de una u otra forma me han hecho llegar sus felicitaciones y mensajes. 


El viaje continúa

0478 Primavera


martes, 3 de junio de 2025

Una parada en el Palacio de los Verdugo


Años atrás atravesamos una pandemia que nos afectó de diversas maneras. Estuvimos varios meses sin poder salir al exterior, sobrellevándolo cada uno a su manera. Buscando lo bueno de las situaciones, retomé el dibujo como medio de liberación. Recuperé los viejos «Faber-Castell» acuarelables y dibujé hasta que agoté los papeles…

De regreso a la rutina, guardé los lapiceros y después de algunos meses los recuperé con más entusiasmo, planificando viajar un tiempo a través de unas minas de color más o menos afiladas. A lo largo de cerca de un año y medio he visitado diversos lugares, he tenido la ocasión de presenciar transformaciones en el paisaje, deteniéndome en las cuatro estaciones, he caminado de noche contemplando los matices y «la luz» de la penumbra y he recorrido áreas urbanas deterioradas, todo ello sin necesidad de alejarme de mi escritorio y de mis blogs de dibujo. Es precisamente en el camino donde enfoco casi todos los escenarios, ya que es el aspecto esencial del viaje.

En «https://viajesalapiz.blogspot.com» verán alrededor de quinientas imágenes de una selección de más de medio millar de paisajes realizados durante este tiempo. Ahora y en este espacio, les presento de manera tangible, veinticuatro dibujos, los cuales también han sido enmarcados por mí mismo, ya que he deseado en todo momento llevar a cabo todo el proceso expositivo.

Les invito a descubrir más paisajes y dejar sus comentarios


martes, 6 de mayo de 2025

Expo selección 2025




 Os presento una selección de paisajes elegidos para la próxima exposición.

Se trata de veinticuatro dibujos divididos en las estaciones del año.

Son tan solo una pequeña selección de los quinientos paisajes que podéis descubrir a mano derecha de la pantalla







viernes, 31 de mayo de 2024

500 viajes a lápiz

 

Unos años atrás vivimos una pandemia que nos dejó marcados de una u otra forma, perdimos amigos, familiares y nos dejó «tocados a otros». Tuvimos que estar unos meses sin poder salir a la calle, llevándolo cada uno como podía. Por mi parte y, siempre buscando el lado positivo de las cosas, retomé el dibujo como vía de escape, (aunque uno nunca lo había dejado, pues siempre está presente en bocetos o esbozos). Recuperé los viejos «Faber-Castell» acuarelables y dibujé hasta que me quedé sin papeles, fue entonces cuando puse color a unas cianotipias que me habían quedado muy claras.

Volví a dejar de lado los lapiceros y al cabo de unos meses los recuperé con más ganas. Fue entonces cuando me propuse viajar durante un tiempo a través de unas minas de color más o menos afiladas. Durante aproximadamente año y medio he viajado a todo tipo de lugares, he tenido la oportunidad de ver los cambios en el paisaje haciendo paradas en las cuatro estaciones, he caminado de noche observando los matices y «la luz» de la oscuridad y he paseado por zonas urbanas deterioradas, todo ello sin necesidad de alejarme de mis blogs de dibujo.

En «viajesalapiz.blogspot.com» están prácticamente todos los dibujos realizados durante todo este tiempo (evidentemente, hay muchos descartados). Ahora, cuando he llegado a la cifra de quinientos paisajes, es momento de parar, recapacitar y pensar en otros objetivos a través del lápiz. En este sentido, no hay mejor manera de expresar todo esto que con el relato que ya «colgué» en este mismo blog hace meses.

Cuando regresaba del trabajo todos los días de camino a casa, veía a lo lejos en una loma, un árbol que le llamaba la atención.

Pasaban los meses y, un buen día decidió aparcar el coche en la cuneta de la carretera para continuar su camino a pie; quería ver aquel árbol de cerca.

Tras dejar todo comenzó su marcha. Campo a través sorteó ríos, desfiladeros y enormes praderas, pasó por algún pueblo que otro y habló con sus gentes…

Los días pasaban y proseguía su viaje, el árbol cada vez estaba más cerca.

La última noche, antes de continuar con el ascenso final, apenas durmió. Al alba sus pasos acompañaban la salida del sol y su sombra guiaba su camino. Por fin se encontraba bajo el gran roble que observaba siempre desde la carretera. Una vez allí miró a su alrededor y reflexionó sobre lo vivido y lo que perdió.

Lo más importante no era el árbol en sí, su sueño era llegar a él, cosa que consiguió, lo realmente valioso fue el viaje, las dificultades, el esfuerzo y las gentes que había conocido durante el trayecto.

Lo primordial no era la meta, sino el camino recorrido.

Summer 0500 Verano


martes, 23 de abril de 2024

lunes, 1 de abril de 2024

Crossroads Robert Johnson

 

Siendo un apasionado del Blues y de las artes plásticas, estaba claro que tarde o temprano tenía que plasmar de alguna forma, una de las leyendas que más han influido en el panorama musical del siglo XX.

Robert Leroy Johnson, (1911-1938) fue el gran músico de blues. Un músico que en sus principios no destacaba y que tras un breve periodo desaparecido, regresó siendo un virtuoso con la guitarra.

Dicen que se encontró con el mismísimo diablo en una encrucijada y que este le ofreció convertirle en el mejor guitarrista de blues que la tierra hubiese pisado, a cambio debía ofrecerle su alma. Dicen que el diablo afinó su guitarra y que quedaría afinada de tal manera que nadie podría superarle.

Robert Johnson se convirtió en el padre del blues y tristemente el que inauguró ese “selecto” club en el que se incluyen Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison, Kurt Cobain y Amy Winehose, todos ellos fallecidos, como él, a los 27 años de edad.


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